Loli G.García Vitoria-Gasteiz. El impulso de escribir poesía lo sentí muy tempranamente, aunque no ha sido una onda continua en mí, sino una ola que viene y va dependiendo de los avatares de la vida. Para mí, la poesía era y es un refugio seguro desde el que digerir y transformar el sentimiento generado por las experiencias de la vida. Ese, “que le sobra al corazón y te sale por la mano” como dice Carmen Conde. Guardaba mis poemas en secreto, ni las personas más cercanas los conocían y no tenía intención de publicarlos, en la creencia, como decía Platón que “al contacto del amor, todo el mundo se vuelve poeta”. En 2017, aprovechando la estela creada por el Festival Internacional de Poesía de Vitoria-Gasteiz, “salí del armario” con mis poemas y titubeante los mostré, igual que una niña en su primera actuación en la fiesta del colegio. Desde entonces disfruto escribiendo y reescribiendo para coser trozos de vida en el algodón de una nube, lanzandolos al viento.